INGREDIENTES:
1 kilo de tomates
1 cebolla pequeña
1 cucharaditas de sal
2 zanahorias (2 cucharadas de azúcar o la punta de una cuchara de bicarbonato)
100 ml de Aceite de oliva Virgen extra (aproximadamente medio vaso)
ELABORACIÓN:
Se lavan muy bien los tomates. Se pelan la cebolla y las zanahorias. Se
lavan bien. Se trocea el tomate en trozos grandes, la piel y las pepitas se
pierden en el pasapuré. La zanahorias y la cebolla se cortan en brounoise.
Se rehoga la cebolla y se le añade la zanahoria en el aceite de oliva.
Una vez pochado se le añade el tomate. Se debe de cocina en un recipiente alto
pues salpica bastante al cocinarlo.
Al principio se remueve bien para que el aceite impregne en todos los
trozos de tomate. Se pone a fuego fuerte al principio hasta que hierva. Luego
se baja el fuego, se le añade la sal y el azúcar o bicarbonato (opcional, si no se le ha
puesto zanahoria). Al cabo de unos diez minutos, se pueden apretar los trozos
contra la pared de la cacerola con una cuchara o la paleta para que suelten su
agua. Se obtiene una especie de sopa de tomate con trozos, pero con muchísima
agua.
El tiempo, es muy importante. Hay que tener paciencia. Hay que remover
de vez en cuando para evitar que los tomates se agarren al fondo del
recipiente. Poco a poco, el volumen de la salsa se irá reduciendo, evaporando y
quedando cada vez más concentrado.
Una vez haya tomado el espesor deseado se aparta del fuego y se pasa
por el pasapuré. No se debe usar batidora, porque esta tritura los pellejos,
pero no los elimina, y mete mucho aire al preparado.
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