Es una pasada, como un dulce tan austero
y humilde, donde se aprovecha el pan duro, puede despertar tantas pasiones.
Como muchas recetas, en la imaginación
está la variedad. Las hay de millones de sabores, formas y maneras, pero esta
es la que más me apasiona.
INGREDIENTES:
Rebanadas de pan del día anterior en
rodajas gruesas. También se puede usar pan de molde o brioche.
1 l de leche
200 gr de azúcar
200 gr de azúcar
1 rama de canela
Piel de limón
Un poquito de harina
Aproximadamente 4 huevos felices
Aceite de girasol
Piel de naranja
Miel de buena calidad (o canela molida y
azúcar)
ELABORACIÓN:
Se cortan las rodajas de pan o de
brioche de un grosor de dos dedos aproximadamente.
Se pone la leche en un recipiente alto,
se le añade el azúcar, la rama de canela y la cascara (sin lo blanco) del limón. Se deja
aromatizar y luego, una vez que ha hervido, reposar o infusionar durante 10
min.
Además también se podría mojar en vino dulce con canela, en vino blanco o
incluso tinto. (siempre usa de una calidad aceptable, si no, quedaría acidas).
Se pone la miel en un cazo y se deja
calentar un poco (sin que hierva). Se le puede añadir un poco de agua.
Se pasan las rebanadas por la leche
infusionada y se dejan que absorban un poco. Se escurren. Ahora yo las paso por
un poco de harina (este paso es opcional) y por huevo batido y se introducen en
el aceite caliente.
Se van friendo de dos en dos o de tres
en tres, dándoles la vuelta con cuidado para que queden doradas por ambos lados.
Se sacan a papel absorbente y cuando
están templadas se pueden terminar pasando por miel o por una mezcla de azúcar con
canela molida.
Y ahora, ¡¡¡A DISFRUTAR.!!!
Creo que son las mismas que comi ayer en Jesús carrion las hizo Carlos y estaban muy buenas.
ResponderEliminarQué bien, seguro que fueron la guinda de un pedazo de menú.
EliminarUn saludo.